miércoles, abril 11, 2007

HORMIGAS

Uno, dos tres, y comienza la lectura al revés.
Sendero iluminado, camino cortado.
Un rodeo a la izquierda y otro tanto a la derecha.
Camino cortado, sendero iluminado

Luego de pensar largamente en adquirir una mascota, finalmente me decidí por una colonia de hormigas. Éstas estaban en una especie de acuario de unos 50 por 60 centímetros. La “jaula” de vidrio tenía una pequeña fisura que se había hecho luego de un ligero golpe que le di contra un mueble, los reflejos se vieron traicionados, al imaginarme la impresión de horror de las hormigas gritando: “¡¡¡terremoto!!!, ¡¡¡terremoto!!!”. Como si pensaran... Se supone que no piensan, que sólo vienen con un especie de chip que les indica una labor especifica, al igual que las abejas, por eso es una sociedad perfecta, si no, se revelarían.

A mis hormigas las traté de adiestrar, les modificaba los túneles con cierta frecuencia, para comprobar si es posible que puedan predecir y actuar en función de ciclos, o bien prever situaciones.

Las primeras modificaciones las hice un poco al azar, cada 15 días, les cambiaba los túneles y agregaba 5 o 7 hormigas a la colonia, hormigas que sacaba de un dulce que dejaba pegado en el patio de modo de poner agentes ajenos a la colonia y a mirar señores. Varias de las “injertadas” murieron, y sólo 1 o 2 lograban adaptarse al medio.

Después las variaciones se hicieron con los ciclos de la luna llena, quería comprobar si las hormigas tenían algún tipo de modificación conductual como dicen que tienen los animales en general con esa luna, pero tampoco sucedió nada... hasta que llegó “La Roja.”

La hormiga Roja, quedo pescada en uno de los tantos dulces de cebo que dejé en el patio. Curiosamente estaba ella y los cadáveres de 6 o 7 hormigas pegados en el dulce. La puse dentro de la colonia, y el resultado fue espectacular. De partida mato a la mitad de las hormigas, seleccionando sólo aquellas que eran las más trabajadoras, luego comenzó a guiar la construcción de 2 túneles en dirección a la pequeña fisura que estaba en el vidrio, e insistentemente rompían el parche puesto en la fisura del vidrio.

Comencé de nuevo los experimentos modificando los túneles, agregando hormigas. Curiosamente sólo la “Roja” se encargaba de seleccionar a las nuevas hormigas que entraban a la colonia. Las hormigas más débiles terminaban de abono y de comida para los huevos de las otras.

Comencé con los ciclos, y durante 3 lunas llenas cambie la dirección de los túneles y saque a las hormigas más trabajadoras. Al llegar el día del cuarto ciclo de luna llena, las hormigas estaban todas juntas en el centro de la colonia, convertidas en una bola de hormigas, lo que implicaba o que las sacaba a todas o simplemente las dejaba en paz.
- La Roja ¿Pensaba?-

Luego de eso, volví a modificar la estructura de los cambios, en vez de la luna llena, lo hice cada 30 días, y al llegar al tercer mes, las hormigas nuevamente se habían agrupado al lado de la fisura del vidrio. Resultado; imposible sacarlas.

La cosa es que en definitiva, no establecí ningún patrón más, si no que comencé a “atacarlas” al azar, resultado; luego del tercer intento, las hormigas detectaban mi presencia y corrían a agruparse cerca de la fisura.

El fin de semana pasado, me quedé fuera de casa, al volver, no había ni una sola hormiga en la colonia, al levantar el hormiguero, la base se soltó por completo, la muy astuta, me había hecho creer que era por la fisura por donde trataba de huir, la sorpresa fue mayúscula, al intentar levantar el hormiguero y que la base se desprendiera por completo.

- La Roja piensa-

8 comentarios:

Un Mono dijo...

IM-PRE-SIO-NAN-TE.
Y no me refiero principalmente a la hormiga Roja.
Resulta que uando era un prepúber leí un par de libros de Bernard Werber, Las Hormigas y creo que La Revolución de las hormigas o El día de las hormigas. Es una saga de un francés. Hace pocos días lo descargué con E-Mule, y lo comencé a leer hace un par de días.
DEBES leerlo. Tengo el archivo del primer libro, ¿te parece?

Anónimo dijo...

ves, el otoño es esquivo, no quiere llegar, para que tanto sol si no se puede ni disfrutar por culpa de los uv...

Con un poco de frio puedes disfrutar de lentejas y otras legumbres o comidas calidas, de tallarines, trozos gigantes de carne sin que te duermas despues de almuerzo en la oficina y del cerro de galletas que puedes guardar en los cajones sin temor a que pasen a ser centimetros permanentes de tu cuerpo cuando las comes.

Si, tienes buena memoria, el mismo ;)

Saludos.

J. dijo...

Un Mono: Gracias por los comentarios. Envíame los archivos a mí correo para leerlos: zapatillaroja@gmail.com

Raúl: Gusto en leerte, confirmé que eras tú con lo de las galletas... Gusto en leerte.

P.S: Uno puede comer legumbres todo el año! yo suelo hacerlo con mucha frecuencia, rico ñam, ñam...

Anónimo dijo...

si, igual un gusto tb siempre leerte y a lo lejos saber de si estas viva a traves de este medio. tienes excelente memoria, yo tb... ojala algun dia disfrutemos las lentejitas que quedaste en darme xD.
saludios... ahi te ves

Tapio dijo...

Sorprendente.. Espero las vacas no tengan poder de organización o su venganza sería terrible.
Ahora siempre desconfiaré de las hormigas rojas y de los cocineros de barco.

Besos
T.

Un Mono dijo...

¡De los cocineros de barco! Este Tapio me emociona. Negoro, bastardo.

Envío Las Hormigas en cuanto tenga tiempo.

J. dijo...

Sin afán de desmerecer, las vacas no son precisamente intimidantes. ¿O si?. Son más bien torpes y lentas. Me acuerdo que cuando supe que se ahogaban y de un cuento de cómo se salvó un tipo lanzado al río con una vaca, les perdí aún más el respeto. Creo también que sé demasiadas cosas indecentes y poco nobles de los animales.

Tapio dijo...

Eso es lo que la vaca quiere que creas. Piensa cuando uno pasa cerca de un rebaño.. te miran y mastican. Se saborean pensando en que algùn dia tendran el poder y seras tu quien estará encerrada entre ese cerco de pùas.
Malditas vacas y su maldita conspiración!!!.

No descansaré hasta comerme la última.