Un reloj español sin secundero,
es un reloj que no avisa el paso del tiempo.
Miro una vez y es una hora, y
al levantar la vista por segunda vez, ya es una hora distinta.
El
reloj silencioso no avisó que el tiempo había seguido avanzando.
__________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________
Fuí por el pedido, “Una orden cuatro
(4), más un adicional”. Saco el billete arrugado de mi mano y se lo entrego. Percibo
su premura por arrancar el billete de mis manos, entregar el vuelto, y hacerme desaparecer
de su campo visual… Y yo con las sienes latentes a causa del sueño acumulado, miro
lo que ella depositó bruscamente sobre el mesón y sonrío; Me acababan de regalar “Una orden cuatro (4),
más un adicional”.
No hice movimiento alguno para
sacarla de su error. Sólo fui y me senté a esperar el pedido, cerré mis ojos, y
oía el sonido de la calculadora que
emitía por cada tecla un sonido distinto: Tin, tan, pan, tun... De pronto la
voz se dirige a mí, sus palabras eran confusas además de incomprensibles…Pero
yo entendí de inmediato lo que quería… Levanté mi mano, le mostré el dinero y
le dije: Es mío.
Ella no dijo nada, yo volví a
cerrar mis ojos y a perderme en el sonido de la calculadora: Tin, tan, pan, tun….
Y escucho: “Una orden cuatro (4), más un adicional”. Tomo mi pedido, digo
buenas tardes y vuelvo a la oficina. Deposito el dinero sobre el escritorio, miro
los billetes y monedas mal conseguidos. Pero no siento remordimiento alguno,
decido que ese dinero es mío, y pienso que merecido se tiene que me quede con
su dinero por ser ella siempre tan pedante y mal educada…
Vuelvo a levantar la vista y ya es hora de partir…
Cruzo la calle y llevo los billetes de regreso: “Ésto es tuyo” –Le dije-. Y por
primera vez la vi sonreír, y hacerme una reverencia con la cabeza… Me da dos
sobres de café en agradecimiento que me niego a recibir, pero ella insiste, e
insiste y finalmente tuve que aceptar.
___________________________________________________________________________________
Yo hago de cuenta que lo olvidé… Pero sé que es el peso de su ausencia lo que me lleva a caminar encorvada.
________________________________________________________________________________
Basta que un desconocido pregunte por ella para que
mis ojos se revienten en llanto, de forma incontenible.
Mis ojos entrenados para hablar de ella sólo con conocidos,
sucumben cuando provocativa e indolente, se apresura a aparecer en cuanto escucha
alguna voz extraña nombrarla.
Márchate de una buena vez le digo…
Márchate de una vez le he suplicado…
Vete tú también con él…
Mira mujer el reloj sin secundero que esta sobre mi
cabeza…
Deja de aparecerte por las calles y llenar mis pensamientos
de pesadumbre…
Y se viste de gala porque es primavera…
Y se viste de sueños porque alguien más la añora…