Para un porcentaje importante de conocidos, resulto un absoluto atentado saber que votaría y voté por Piñera. En el trabajo, las respuesta han sido también hostiles, y hay un cierto nivel de desazón porque Frei no resultara electo.
Explicar la necesidad de un cambio de coalición gobernante, la imposibilidad de modificaciones profundas y sustantivas, respecto de lo que ha construido la concertación estos últimos 20 años no han sido argumento suficiente para tranquilizar los ánimos. La mayoría se ha concentrado en la cantidad de pelolais ejerciendo de vocales de mesa, la cantidad de chicos con dokers y camisas a rayas que circulaban, y ese dejo de acompañantes de alta sociedad que posee Piñera. El temor a que todo se transforme en una reunión permanente de vecinos de chachagua y zapallar, los tiene a todos preocupados.
El punto más interesante, es que la elección de Piñera re-abre un debate desgastado, impulsará positivamente la cantidad de electores que se inscribirán para participar en las próximas elecciones, que la figura de oposición necesariamente llevará a la Concertación a evaluar, en profundidad las acciones realizadas, y ver desde una perspectiva más fría los resultados de gestión. Concentrar las energías en un profundo proceso de introspección de “como lo hemos hecho” durante estos últimos 20 años, es parte de la necesidad de sanear y buscar nuevos caminos para gobernar. Y eso ya es bastante ejercicio para los 4 años en que gobernará Piñera.
A veces para despertar atento y lleno de energía para hacer mejor las cosas es necesario que alguien como Lord Farquaad llegue al gobierno.
