lunes, septiembre 08, 2008

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viernes, septiembre 05, 2008

Una de mis partes...

Una de mis partes, de las dos partes de mí con las que suelo lidiar a diario me encomendó una tarea... titanica y difícil tarea; como si de cruzar el océano se tratase o como si fuera cosa de entrar y sacar las entrañas, lavarlas, secarlas con un paño de cocina y volver a acomodarlas.

Y si acaso lo lograba de paso también exigía algo así como sacar los sesos y repetir el procedimiento anterior, de modo de quedar libre de pensamientos, libre de palabras, libre de: No deberas. ¡Limpio e inmaculado cerebro!,¡ limpia e inmaculadas entrañas!.

Ella quería que mirase hacía un lado y luego hacía el otro antes de cruzar la calle. También susurro: No pensaras en voz alta, no sea que alguien coja el pensamiento, lo transforme en idea y ya luego sea un documento que un extraño/a leerá frente a la audicencia. Y de paso agrego: No desearas al hombre de las alturas porque él las ha preferido bajas.

Una de mis partes recuerda a la mujer que le dice: ¡Todo tiene un precio!, y la otra parte de mí se siente dolorida, abismada, de lo poco que vale en ceros y en billetes la parte que se vende en silencio y piensa en voz alta.Como si fuese cosa de limpiar, lavar, y secar luego con un paño de cocina la humedad.

Una de mis partes excama: ¡Ahhh dolor!, ¡Poderoso dolor del alma que se pierde entre tantas palabras mías y tantos silencios suyos!, hombre mudo de dedos, hombre mudo de palabras, hombre mudo de miradas.

Una de mis partes, de las dos con las que convivo a diario, invita a la otra a dar un paseo...