viernes, junio 09, 2006

Autoestafa -El viento se siente magnifico corriendo a gran velocidad-

Sí, reconozco que siento un cierto morbo en eso de la “autoestafa”, también reconozco una cierta condición sicológica –riesgosa- en eso de la memoria selectiva que hace filtrar y filtrar de modo tal que sólo quede el bonito y –preciso- momento de felicidad. Si fuera un vídeo diría: “Un paseo por las nubes”, si fuera una postal diría “Una estampa mental”.
-Adicciones de tiempo completo-

Me estafé cuando escuche su voz cual ejecutivo bancario llamándome para anunciarme la finalización de un trámite. Debí descolgarme en ese mismo minuto con fuerza y potencia, pero no lo hice, el filtro misericordioso me dijo: Es tú amigo, al menos escucha. Y escuché. Escuché dándome cuenta que otra vez me estaba auto-estafando.

Me estafé cuando la oí diciéndome: No sé, ve tú, anda dos veces si es necesario porque yo no tuve tiempo de conseguirte nada. El filtro misericordioso hizo nuevamente pensar en lo que ella es y decidió excusar la falta de cortesía mínima que me debe.

Una vez alguien me dijo: Tú eres como los caballos de carrera – Sólo sirves para carreras cortas- y sentí que el mundo se me caía a los pies. Desde aquel entonces decidí poner mi esfuerzo en convertirme en caballo de paseo o percherón y poder dar largas caminatas, rumiar bien mi comida y mirar pacientemente como el mundo pasa a mi alrededor.
-Y lo transforme en mi gran autoestafa.-

¿Quién de ellos ha corrido carreras más rápido que yo para hacerme renegar de mi condición?.

Quizás es por eso que me niego de sopetón a seguir autoestafandome con gente que en definitiva no ha estado y jamás estará a la altura de “mis circunstancias”, porque yo tampoco puedo estar a la altura de las circunstancias de ellos-as.

Todo parece debiera ser obviable so-pretexto de mi condición de adicción a afectos miserables, escasos, egoístas en los que he asumido –voluntariamente- andar de caballo percherón acarreando bultos a mal traer porque “hay cariño” de por medio.

Hoy me levanté, metí mis pantalones dentro de las botas, me calce mi jockey de jinete y salí raudamente de mi casa con la convicción de no volver a cagar con bultos ajenos, ni autoestafarme, prefiero dejar que sea el mundo quien me estafe y así tener al menos a quien reclamar.

-El viento se siente magnifico corriendo a gran velocidad-

2 comentarios:

J. dijo...

Agréguele al menos:
Hola!
O bien Represento a la honorable comuna de XXX…

Es bien raro eso de publicitarse en otros blog… y yo que soy tan mala para leer…

Kathy_C dijo...

Son las nuevas generaciones.

Tienen así las medias patas...