jueves, diciembre 15, 2005

Y seguimos insistiendo… Postulación Nº 448, y Nº 99 de la lista

Entre qué iba a dar la prueba número xxx (Ya desistí de contarlas), para ingresar a un trabajo, me llamaron de la consultora donde pituteo como digitadora y administrativa, para ofrecerme una pega por $250.000 lucas al mes. Un trabajo de lunes a viernes en horario de oficina. Lejos la mejor oferta que he tenido en este último tiempo. Pero esta vez dije que no podía, porque tenía que ir a dar la dichosa prueba de ingreso al Servicio Civil, y bueno, era lo uno o lo otro.

He aquí donde la embustera esperanza consiguió embaucarme de nuevo. Certeramente me convenció en un par de segundos de decir a la Mariela: No, no puedo ahora, voy a dar una prueba a otro lado.

Iba algo atrasada, corriendo, ocupada en que no se me rompiera una media, o se me cayera la cartera, no hubo mayor tiempo para reflexionar. Y si lo hubo, la traicionera esa, me convenció de rechazar la mejor oferta laboral de los últimos siete meses.

He dado pruebas tontas, pero esta supero con creces cualquier observación al respecto. En total son como 292 personas las que dimos la prueba, para ocupar creo que 20 vacantes. Hay postulando 17 personas del mismo Servicio Civil a la institución. -Me abstendré de los respectivos comentarios-

Fue bueno ver caras familiares, y hasta me sorprendí dando cierta cuota de ánimo a algunos conocidos. La pregunta que circulaba en algunos era ¿Y para qué seguir insistiendo?. Sólo atine a decir qué en mi caso era, para poder acostarme a diario tranquila, y poder decir lo intente, lo intente y seguí intentándolo, por más agotador, angustiante y doloroso que termine siendo cada uno de los procesos de selección en los que he participado estos 7 meses.

Para enviar mi CV a las caras conocidas, saqué de mi cartera un lápiz. Al verlo me dieron ganas de llorar, obvio!, la embustera esperanza ya se había ido y el peso de la realidad me cayo encima de un sopetón. Era un lápiz que me regalaron en Chilectra por gentileza del Jefe, como un agradecimiento por la pega realizada. (Digitadora nocturna)

El lápiz peso más de una tonelada en mi mano, al recordar la llamada de teléfono de hace un rato atrás. Y mi voz diciendo: No, ahora no puedo, voy a dar una prueba. Fue devastador sentir que había tomado una pésima decisión al decirle a la Mariela que no podía ir y optar por una falacia que en definitiva no me provoca más que una enorme frustración que crece día a día. En la vertiginosa carrera para llegar a tiempo a una estupidez, desperdicie la única oportunidad efectiva de pega. Supongo qué eso no es sólo responsabilidad de la embustera, sigue siendo mi cerebro el que procesa de forma incorrecta las ofertas laborales en este último rato.

19 y 20 tengo otras pruebas de ingreso a la Administración Pública. ¿Seguiré intentando?. Probablemente por esos días, la embustera vuelva a visitarme, sólo espero que me abandone, si es que me vuelven a llamar para ofrecerme, las 250 lucas mensuales.

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