lunes, diciembre 19, 2005

Pruebas-Exámenes

Siempre recuerdo que en la universidad me quedaba estudiando hasta tarde. Mi pieza daba al patio y mi hermano con sus amigos solían hacer interminables asados, con la música a todo volumen. Yo sacaba la cabeza hacía fuera y les pedía inicialmente que bajaran el volumen de la radio de forma muy amable, hasta que después siempre yo terminaba gritando: Manga de vagos! y ellos respondiéndome: Amargada!

A mí costado derecho estaba el dormitorio de mi hermana. Ella era la de los festines alimenticios y test sicológicos a la hora de estudiar. Siempre partíamos a la misma hora, ella en su pieza yo en la mía. Yo estudiaba sola, ella estudiaba con la Vero. Entre las pausas las visitaba en su pieza y estaban comiendo alguna cosa y respondiendo esos test de las revistas o los test sicológicos que les pasaba mi mamá. Por lo general, yo concluía (dependiendo de la materia o de la prueba) cerca de las 3 de la mañana, ellas recién comenzaban a repartirse los textos y una dormía mientras la otra estaba despierta (sistema de turnos).

¿A pito de qué estos recuerdos?. Supongo qué es porque este último tiempo me la paso estudiando para pruebas, así como cuando iba a la universidad. A la de mañana voy relativamente empelota de conocimientos. Creo que si hubiese podido, estaría en el fondo del patio en un asado con mi hermano y sus amigos, o bien completando test con mi hermana y su amiga.

Conforme han ido pasando los días, cada vez más pierde sentido la palabra “Intento”, me da una flojera dantesca el sólo pensar en levantarme un par de veces al mes a rendir exámenes, a estar con cara sonriente, a relegar los pensamientos negativos a un espacio tan minúsculo de modo que el psicólogo de turno no sea capaz ni con un radar de dar con ellos.

Me agobia luego de una prueba andar paseándome por la calle sin ganas de venirme a casa y quedarme en lo posible apoyada en un gran edificio un rato, hasta que recupero las fuerzas y soy capaz de llegar a mí casa y seguir con el resto de la rutina diaria.

Ya no me importa una raja, igual me da lata que la gran mayoría empiece a mirarme con esa cara de: No es posible de que no quede en ningún trabajo…
Y aguantar cuál si fuera una segunda e interminable nueva tortura el obligado chequeo al que me someten para ver si alguien puede averiguar que hice mal esta vez, porque esta claro que soy yo quien debe estar haciendo algo mal, como para no encontrar trabajo.

Bueno, esta vez seré honesta…al primero que me someta a análisis le diré: No estudie ni como se escribe pico.. ¿Conforme?. Le diré al psicólogo que tengo una depresión tremenda y qué sólo como dulces todo el día. Así al menos, esta vez tendré certeza total y absoluta de qué fui yo quien lo estropeo todo. En forma conciente… ya que podrá el siempre bien pensado "Pensar", que yo suelo estropearlo todo en forma inconciente.

Esta vez…haré todo en forma conciente. Luego de eso, comeré un helado y me iré al cine. Total no hay porque llegar a casa temprano.

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