sábado, diciembre 24, 2005

Navidad

No recuerdo el año exacto en qué partieron nuestras puestas en escena como cantantes de villancicos y de los hit de moda cada navidad. Supongo que en parte era gracias a qué mis papas nos incentivaban con creces las habilidades relacionadas con el baile y el canto. Aún a pesar del tiempo transcurrido recordamos como pasábamos largas horas bailando en familia, sin motivo alguno, más que pasar un rato agradable bailando lo que fuera. Nuestra especialidad “Zorba el Griego”.

Cada navidad mis hermanos y yo, establecíamos nuestra parrilla programática y preparábamos con entusiasmo el show de canciones que presentaríamos en navidad. No me acuerdo si nos creíamos artistas, pero de lo qué si estoy segura, es qué carecíamos de pudor alguno, para cantar delante de quien fuera.

El entusiasmo de poder dar un presente hecho por nosotros a nuestros padres era sin duda lo mejor de aquellas fechas. A veces cuándo la navidad la pasábamos en casa de mis abuelos, era doblemente celebrado el acto preparado y pasábamos largo rato cantando todo lo que podíamos para alegrar las fiestas. Lo hicimos hasta bastante grandes, el otro día compartiendo en familia recordamos que la última vez, teníamos entre 18 y 14 años en promedio mis hermanos y yo.

Después ya simplemente lo dejamos de lado y a veces si la ocasión lo ameritaba cantábamos algo si nos lo pedían. Con el tiempo mis papas se separaron y nuestras navidades también cambiaron radicalmente.

Siempre en éstas fechas recordamos la desesperación de mi hermana menor por armar el árbol de pascua los primeros días de diciembre y como casi un año murió de tristeza cuándo en son de broma mi papá le dijo que ese año no habría árbol de navidad. También recordamos unas luces maravillosas que trajo una vez mi mamá y que ahora sería imposible conseguirlas dado qué estaban hechas de fibra y hoy en el mercado eso es carísimo.

Siempre tuvimos muchos regalos y navidades muy divertidas. Eran tiempos felices aquellos. Después pasamos un período en que todo se volvió algo confuso y extraño, y la navidad era un día algo triste y plagado de nostalgias. No porque faltaran regalos o una rica cena, era más bien un sentimiento de qué sólo era un día qué había que celebrar más por obligación que convicción.

Este año en cambio, se vuelve a respirar la misma animosidad de aquellos años de cantos y bailes. Esta la convicción de que es un día importante qué celebrar en familia, y qué hay mucho qué celebrar y por lo cuál dar gracias. Hasta mi papá, particularmente ausente de estás fiestas los últimos años, vendrá a almorzar a casa con mi otro hermano y eso lo hace un día aún más especial.
Supongo qué la llegada de Calvito y la espera del Coco, hacen qué todo huela y se sienta distinto. Qué nos sintamos regocijados y esperanzados en qué comenzarán nuevamente nuestras épocas de cantos y bailes. O quizás sea que finalmente todas nuestras heridas y nostalgias han sido finalmente superadas y curadas.

1 comentario:

Kathy_C dijo...

¿Y por qué me dice Cabra Chica Gritona si cuando escribo no grito?

=(

Jaja.

Besos miles para usted en esta noche y por siempre y más.

Ah! pongan al Benja en el pesebre! jajaja.

Te quiero!!

Besos!!

K.