Compro un tiquet para pasear por Santiago en uno de esos buses estilo ingles. Visto jeans, un polerón y zapatillas, cargo una mochila con una botella de agua mineral sin gas de 1.5 litros, unas manzanas fuji y cuelgo al cuello una cámara fotográfica. -Un disfraz perfecto-
No es necesario hablar nada, obviamente tampoco me interesa preguntar nada, para no delatar mi disfraz de turista que tan impecable me queda si estoy muda. Si alguien dice algo sonrío como respuesta y pongo cara de interesada ante los comentarios. Tomo asiento en el segundo piso del bus y espero que inicie el recorrido. Se me informa nuevamente que puedo bajar en cualquiera de las 11 paradas que tiene el bus, y que el tiquet es válido hasta las 18:30, puedo bajarme y volver a tomar el bus dentro del horario establecido. Si no me bajo, el viaje dura 2 horas.
Aprendo que mi país tiene maravillosas casas, avenidas expeditas y centros comerciales fantásticos. Se invierte mucho en jardines, y parece un lugar seguro y tranquilo para vivir. También en el centro veo que hay muchos peruanos, micro-casinos con apuestas de monedas de $100, y casas en donde puedo dejar mis joyas a cambio de efectivo. Esa parte de Santiago me molestó mucho, así que pensé en que mi próxima aventura será de terrorista, e intentaré quemar esas casas de cambio y los juegos de ruleta.
No es necesario hablar nada, obviamente tampoco me interesa preguntar nada, para no delatar mi disfraz de turista que tan impecable me queda si estoy muda. Si alguien dice algo sonrío como respuesta y pongo cara de interesada ante los comentarios. Tomo asiento en el segundo piso del bus y espero que inicie el recorrido. Se me informa nuevamente que puedo bajar en cualquiera de las 11 paradas que tiene el bus, y que el tiquet es válido hasta las 18:30, puedo bajarme y volver a tomar el bus dentro del horario establecido. Si no me bajo, el viaje dura 2 horas.
Aprendo que mi país tiene maravillosas casas, avenidas expeditas y centros comerciales fantásticos. Se invierte mucho en jardines, y parece un lugar seguro y tranquilo para vivir. También en el centro veo que hay muchos peruanos, micro-casinos con apuestas de monedas de $100, y casas en donde puedo dejar mis joyas a cambio de efectivo. Esa parte de Santiago me molestó mucho, así que pensé en que mi próxima aventura será de terrorista, e intentaré quemar esas casas de cambio y los juegos de ruleta.
1 comentario:
Grrrr.. Tan revolucionaria.. grauuuu.. me encanta!.
Que entrete tu viaje. Me encanta esa segunda vuelta de tuerca que le das a las cosas :) .. a ver si te copio.. aunque no pase por turista :P
besos
T.
Publicar un comentario