lunes, marzo 02, 2009

Patología GES

El GES, por si no lo saben, son las “Garantías Explícitas de Salud”, se supone que estás aseguran: Garantía de acceso, calidad, oportunidad y protección financiera de 56 Problemas de Salud, definidos en la Ley N° 19.966, y el Decreto N° 44, que serán otorgadas siempre y cuando sean tratadas en una Red Cerrada de Prestadores, definidos por la Isapre en la cual estás afiliado.


Bueno, tal parece que el “sistema” se esmera en que yo pruebe o sea víctima de el, en el sentido de que por una u otra razón me he visto involucrada en formar parte activa de las acciones y/o omisiones que el Estado ¿patrocina?. Soy funcionaria pública, estoy sujeta a un proceso expropiatorio por un corredor del transantiago, y ahora tengo una de las 56 enfermedades que el GES auspicia.


Por ser un tratamiento caro, y las medicinas igual, decidí aceptar la propuesta del medico que me diagnostico de ingresar al GES para abaratar costos y a pesar de mi reticencia inicial me anime a probar si efectivamente esta cobertura me garantizaría lo que prometía. Llevo casi 2 meses usando el beneficio, que implicó: pago de una canasta de atención por un año que me costo cerca de $50.000, atención de 2 especialistas y medicamentos gratis. Hasta el minuto de la descripción me pareció fantástico, puesto que el costo total de la prestación de salud, supera con CRECES el costo total del tratamiento anual que yo cancelé.


Los peros comenzaron en cuanto solicité las horas médicas: Primero los profesionales asignados a mí patología escasamente tienen horas, lo que me obliga a andar persiguiéndolos entre un centro médico y otro, centros que por lo demás se encuentran a considerables kilómetros de distancia entre ellos, las horas son en unos horarios que me llevan a tener ciertas dificultades con el trabajo puesto que no sólo implica salir de la oficina en horarios laborales, si no que además quedan tan lejos, que pierdo un tiempo considerable en que el medico me dedique 30 minutos (con suerte), y yo me demoro en promedio 2 horas y media entre ir, venir y que me atiendan.


Ok… pensé, si total me sale “casi gratis” y quizás sea sólo cosa de paciencia, pero los “peros”, se han ido incrementando porque uno de los especialistas, el más importante, se cambió y eso implica cambiarme de doctor, y además la isapre debe hacer un proceso de traslado. Es decir debo iniciar otro acto administrativo que la isapre requiere.


No sólo eso empezó a decepcionarme y evaluar renunciar a la prestación, puesto que el día que fui a retirar los medicamentos a la farmacia debí ir a 3 distintas, la suerte es que como en Santiago hay una farmacia cada 2 esquinas, no debí desplazarme mucho, lo que si me llamó la atención fue que en las 3 de inmediato al ver la receta me dijeron de inmediato y sin yo ni abrir la boca: Paciente GES. Al tercer farmacéutico le pregunté: ¿Cómo sabe que soy paciente GES? Y ahí casi me desmayé , puesto que el respondió: Porque a todos les recetan lo mismo. Frente a eso comencé un exhaustivo estudio de los remedios que me dan, y le pedí a un doctor amigo averiguara si en efecto lo que me estaban recetando eran lo mejor. Su respuesta fue categorica: No, no es lo mejor para tu tratamiento.


La semana próxima tengo hora con un especialista al que pagaré en forma particular para ver si el tratamiento es el más idóneo. Esa idea, más el hecho de que quizás en vez de recuperarme totalmente en 1 año o más, poder disminuir el tratamiento a poco más de 6 meses siguiendo un tratamiento no limitado a lo que la “canasta médica” cubre, me insta a buscar otra opinión. Quizás hacer una inversión económica significativa garantice una recuperación más rápida y mejor.


No deja de preocuparme y en cierta forma angustiarme el grupo de gente que definitivamente no puede acceder a otra opinión médica, ni costear los gastos que su enfermedad implica. Tampoco puedo dejar de pensar en aquellos a los cuales se mantienen enfermos sólo porque los remedios garantizados no son los más adecuados, y se ven sometidos a largos tratamientos que sólo consiguen mantenerlos en un estado menos delicado pero que la recuperación se ve demasiado lejana.


Bendito sistema que sigues sólo favoreciendo a aquellos que tienen la billetera lo suficientemente abultada para contar con una salud realmente buena...

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