jueves, agosto 16, 2007

PLAY...



Sentada en un mullido sillón, revolvía el café con un palito y comparaba mi muffins de frambuesa con la torta de chocolate que se había quedado en la vitrina. De improviso mi ojos se posaron en una colorida cartera y me quedé pensando en si un ojo inexperto como el mío, podría diferenciar entre una cartera L. Vuitton original de una copia, dado que, siguiendo a la usuaria del bien en cuestión, me di cuenta de que muchas mujeres que compraban café -al paso- llevaban una carterita de aquella marca. ¿Serán todas autenticas?, probablemente jamás llegue a saberlo, pero lo cierto es que habían unos cuantos modelitos que por lo coloridos, eran de todo mi gusto.

Para mí esperar no es una tarea fácil, por lo cual rápidamente pasé a un segundo café; esta vez un capuccino con sabor a avellana al que torpemente le puse demasiado edulcorante, quedando tan dulce, que si no es gracias a la gentileza del chico que grita los nombres y entrega el café, -quien ofreció cambiarlo-, el café hubiese ido a parar a la basura. Seguía esperando, inicialmente sentada muy erguida, casi con una posición a lo más de la “realeza”, que conforme el reloj avanzó, lentamente descendió por el sillón. Sin darme cuenta volví a preguntarme: ¿Qué necesidad hay de hacer todo esto?.

Llovía, la angustia trató de calmarse buscando algún ojo amigo en el cual apoyar la mirada, pero quien frente a mí estaba, miraba fijamente la pantalla de su notebook, y el reflejo de la luz sobre sus lentes impedía el contacto visual, por lo cual no logré siquiera precisar el color de los ojos del “gringo” que amablemente cuido de mis cosas cada vez que me levanté al baño.

-Finalmente llego mi turno-

No hubo necesidad de insistir demasiado en que no creía en “ese tipo de cosas”, creo que ella rápidamente pudo percibir que el rechazo no era sólo vocal, si no además físico, en un minuto todo mi ser se opuso firmemente a sentarse frente a ella, más encima en un starbucks, ¿Qué estaba yo pretendiendo con todo esto?. Buscar alguna… ¿Solución o explicación?, ¿Tener una respuesta?.

Para distender un poco el ambiente le conté que mi trabajo consistía básicamente en ayudar a las personas a tomar buenas decisiones y evitar los riesgos, y eso no obedecía al azar. Todo responde a análisis, probabilidades, estadísticas, etc. Que por lo mismo, creer en cosas que difieren de un pensamiento racional y -distinto de la fe- me resultaba ajeno, pero cuando ya comprendí que mi discurso era absurdo por decir lo menos, la dejé hablar.

Faltaría a la verdad si no dijese que en cuanto habló, fue como si me conociera. No de vista, si no como una amiga, y no cualquier amiga, si no de aquellas que sabe como duermes, como vives y que tiene claro quien es quien en tú vida. Y la sensación de indefensión fue tal, que por poco no salí corriendo de la mesa, y me largué con viento fresco a mí casa.

La charla duro cerca de una hora, y salvando los aspectos relativos a su persona, más no con lo que hace, diría que me pareció una experiencia muy reveladora. Camino a casa recordé que hace un par de semanas estábamos con unas amigas en el PlayBack y tenía muchas ganas de cantar, pero no lograba animarme hasta que Monique salió al escenario y después por compromiso me tocaba a mí, yo sabía que a estás alturas del –partido-, no podía seguir quedándome con ganas de hacer cosas, había que hacerlas. Desafiné groseramente, lo sé, pero me relajé y lo pasé muy bien y me alegré de no volver a la casa con la sensación oscura de no haberlo intentado. Me alegré aún más cuando caí en la cuenta que nuevamente había logrado superar el pánico escénico y había hecho otra vez un giro en mí vida.

Al levantarme de la mesa y despedirme de la Sra. B, entendí perfectamente tras lo que yo andaba: Esperanza, necesitaba con toda mi alma recobrar la esperanza, recuperar a aquella loca idea-sensación-virtud. Comprendí qué buscaba abrirle los brazos y decirle; Sí, puedes volver a ocupar un espacio en mí corazón.

Y aquí estoy de nuevo, no sé por cuanto tiempo creyendo que las cosas después de todo, si pueden cambiar, hoy he vuelto a tener esperanza, gracias a que además he logrado ser (Ligeramente) más flexible. He, logrado avanzar (Un poco) en abrir nuevos espacios, y sigo buscando afanosamente entender la vida de un modo más integral, a pesar del enorme esfuerzo que implica para mí concebir nuevas formas de ver y aceptar las cosas.

No sé por cuanto tiempo esta “animosidad” y “flexibilidad” me acompañarán, pero dure lo que dure, hoy me siento profundamente feliz, y llena de esperanza, y estoy muy agradecida por ello.

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