miércoles, agosto 16, 2006

¿Cómo es tú cielo?

Hace unos días en un almuerzo de trabajo la Jefecita-ita-ita lanzó a la mesa la siguiente pregunta: ¿Cómo imaginas tú cielo?. Inicialmente pensé que era una de esas preguntas capciosas que de acuerdo con la respuesta que das, ella puede saber si eres flojo, ladrón, o pervertido. La cosa es que por fortuna o des-fortuna, a mí me toco responder casi de las últimas, así que gran parte del almuerzo me dediqué a reír de las respuestas de los demás.

Lo que oí en aquel almuerzo me dejo algo atónita, pensé que las respuestas que estaba oyendo eran directamente influenciadas por las estrictas dietas que la mayoría de los comensales estaba haciendo, puesto que algunas respuestas eran: En mi cielo esta lleno de ríos de porotos con rienda, ríos de helados etc. En otro de los cielos se podía fumar libremente sin que el cigarro hiciera mal, otros cielos tenían ríos de fanta, etc. Me reí mucho, porque en definitiva en la mayoría de sus cielos se podían hacer, comer, tomar y vivir muchas de las cosas que acá en la “tierra” por alguna u otra razón estaban o sentían que les estaban vedadas.

Y llegó mi turno, lo que respondí fue bastante simple: En mi cielo hay flores de todos los colores, muchas plantas, árboles, y uno que otro río en el que meter las patitas de vez en cuando. De mí respuesta sólo salieron comentarios asociados a la fomedad y a que moriría (Si es que se pudiera morir de nuevo obviamente) de hambre. Finalmente el almuerzo concluyó y ni idea que reflexiones conductuales obtendría la Jefa de nuestras respuestas.

La cosa es que la Jefecita-ita-ita, buscando al parecer cierta consecuencia en nuestros discursos de cielos de hace algunos días, qué yo por cierto ya había olvidado (Bueno, no del todo, porque me quedé pensando en lo cagados de hambre que deben andar algunos, o bien de lo frustrados de otros), me encargó en función de la entrada en vigencia de la Ley del Tabaco algunas pegas. La de hoy me dejó extenuada ya que tuve pasar por 130 oficinas distintas, entregando una planta para fomentar el no fumar en las oficinas y dar una especie de discurso anti-tabaco que me dejó tan desesperada que al concluir la labor lo primero que hice fue rajar a la oficina, cerrar la puerta, abrir la ventana y fumar un cigarro mientras tomaba un café.

Después de la dosis de nicotina que necesitaba mi cuerpo para seguir funcionando me quedé pensando en si mi Jefecita-ita-ita subliminalmente estaba tratando de darme algún mensaje así como: “El que quiere celeste que le cueste”, o quizás hacerme creer que mi cielo esta en el trabajo. O el mensaje fue de frentón: Pacata de mierda…no te creo eso de un cielo plagado de flores. Porque dudo que pretendiera que me creyese la blonda Ángel la niña de las flores. ¿O si?, ¿Seré muy mal pensada yo?

En fin, sólo quiero pensar que dado que estuve a cargo de esa campaña, sólo fue una tarea de la misma y no una pasada de cuenta por la simpleza de mi cielo. Me alivie entonces de no haber dicho que mi cielo estaba lleno de… No, mejor no lo digo, mira que quizás lo próximo que me toque repartir o preparar sea más bien algo que me lleve derechito al infierno. Y ella termine diciendo: Viste… si yo por algo no le creí nada eso del cielo lleno de flores.

9 comentarios:

J.C.Morgado dijo...

Muy buena tu historia...

Creo que el cielo que yo me imagino es el que veo dia a día, por eso trato de mejorarlo a cada instante....

Saludos desde Valparaíso

De paso dijo...

Bueno, tu cielo tbn puedes encontrarlo acá... así como ellas pueden fumarse un pucho tranquilas o asumir el puto rollo por la mal manejada ansiedad.

Las plantas fueron condecoradas por partir a oficinas lejanas a cumplir funciones específicas? Cuántas se estima que morirán en campaña? Fueron dejadas con manual de cuidado o era un helecho de fácil mantención? Que extraño eso de repartir plantas y discursos... jajajjaja.. cómo se siente??? Por favor no creas que estoy molestando. De verdad... debe ser extraño llegar a una oficina a repartir reglamentos, no?

Qué planta era, a todo esto?

JAjjaJAj, de verdad me llama la atención esos roles que inventamos para meter campañas en el alma. Porque al final son inventos con intento de cambio. Que por cierto no es malo.

Un árbol! deberían entregar! Páguenle a Cultiva para que ponga árboles pro esta campaña!!! sí sí!! ellos saben cuidarlos.

Ya, me alargué.

besos.

Anónimo dijo...

Extenso, monótono. Y no dice nada.

Anónimo dijo...

una vez en una reunion de esas que pretenden fomentar el trabajo en equipo, vimos una seleccion de las mejores escenas de "rescatando al soldado ryan..." luego debiamos explicar que personaje de la pelicula nos sentiamos identificados en momentos de presion y como nuestro personaje se reflejaba en la colaboracion del equipo...

**unos eran el sniper, atento a cubrir a los otros y eliminar de un tiro los problemas mayores.
**otros eran el maestro convertido en soldado, guia y padre de todos que moria por salvar a ryan...
**algunos eran el osado soldado que salvo a la niña por lo que su vida no fue larga en la pelicula...
** y los mas osados eran ryan, dispuestos en un desenfrenesi de adrenalina inmolarse por salvar un puente (empresa).

*** yo eleji ser ese soldado que moria en la playa de omaha apenas bajaban la rampa de los anfibios y que intentaba escapar en un acto reflejo primario de salvar la vida antes de "actuar en equipo". No soy soldado y no sabria que hacer bajo el fuego de metralletas, simplemente era un de los que se aterraba y moria sin haber disparado una sola bala. Mi relacion con la empresa era, que si veia la cosa negra obviamente no moriria, me salvaria a mi mismo cambiandome de trabajo pues mi vida no era trabajar y no estaba en un film donde si moria ganaba el oscar... todos miraron atonitos mientras otros hacian apuestas de cuantos dias me quedaban para el sobre azul.

la reflexion solo fue darme las gracias por mi sinceridad, y la oportunidad para el resto de "reinventar" su personaje a lo real que ocurria en la oficina.

Por ahi me vire del encuentro que ocurria al mas puro estilo reality show en una casa de retiro en el cajon del maipo, pasaron tres años y el sobre azul llego para todos menos yo.

Nunca intente en darme una explicacion a por que no fui considerado "un mal empleado", solo puedo decir que ya no trabajo en esa empresa y que no erre cuando decidi alejarme :)

si ta bien, el blog es tuyo, borrame si deseas, al fin solo somos trozos de pasado en binario por estos lados.

J. dijo...

Las flores que entregué son de “temporada”, es decir de corta duración. Son caléndulas y orejas de oso. Y sí, fue chistoso andar predicando una especie de evangelio el cual fue bien recepcionado, salvo algunos personajes que no quisieron recibir las flores o se molestaron por mi imperturbable sonrisa… ja ja ja ja. También di las respectivas instrucciones de cuidado de las flores a quien me pregunto.

Ahora quien me ve por algún lado me dice: “Hola niña de las flores”, gracioso que me comparen con la blonda y dulce Ángel, cosa que me hizo pensar en el enorme esfuerzo que me puede significar demostrar que soy algo más que un cuerpo hermoso. Ja ja ja ja ja (Obvien los comentarios a esa frase).

No tengo idea quienes comentan acá de vez en cuando, siempre me dan ganas de saber quienes son, me carga eso del anonimato, así que porque no me confiesan quienes son. O me dan pistas al menos!. ¿Si?, ¿Bueno ya?.

De paso dijo...

Flores... eso está bello. Pero quedan las papas... siempre quedan las papas. no? Hermosa niña de las flores. jejejjeje. lindo pues.

De paso dijo...

Vivo en un paraíso rodeado de acantilados... me gustó. Me gustó la posibilidad de decidir echarse un vuelo a la nada, cuando te cansaste de tanta belleza.

Anónimo dijo...

Soy un semidios, y soy mi propio cielo....

J. dijo...

Si ohhh!!!!
Ja ja ja ja ja.