miércoles, mayo 24, 2006

Detenida por sospecha

Tengo un buen trabajo, hago clases en una universidad, y paulatinamente mi vida se ha ido organizando nuevamente. Debiera estar contenta, quizás incluso presa de alguna euforia apocalíptica luego de que finalmente la “mala racha” parece quedó atrás o bien se busco otra(o) a quien subir al columpio un rato. Pero contrariamente ando con la sensación de estar sobre una estructura de cartas, como que tengo miedo de reírme muy fuerte y que alguien me llame la atención o si me muevo mucho todo se venga al suelo de nuevo. Difícilmente diría que me siento feliz, sólo albergo una cierta cuota de tranquilidad a la cual tampoco me atrevo aferrarme, y me siento más volátil que nunca.

Todo parece tocarme de manera estomacal y personal, otra vez me he visto frente al tema de tener gente a cargo y si bien nunca tuve una conducta particularmente arbitraria con el personal a cargo, ahora me duele la guata pensar en atentar siquiera con el más mínimo derecho de las personas con las que trabajo. Durante meses pasé por secretaria, digitadota, armadora de lotes y hasta camarera de motel. Sé lo que es andar paseándose con el almuerzo en una fuente y hacer cola tras el microondas para calentar la comida, también sé lo que es limitar el presupuesto hasta extremos impensados porque con 150 lucas al mes, difícilmente da para siquiera pensar en gastar demás en la feria.

Mi oficina se me hace un abismo, luego de pasar mucho tiempo sentada en mesas de colegio con una compañera a la derecha y otra a la izquierda y a menos de un metro más atrás el resto de personas. Me cuesta un poco eso de tomar decisiones independientes y simples como salir a fumar o estar de ociosa como ahora mientras escribo algo para el blog.

Todo es muy distinto ahora, y si bien externamente las cosas parecen estar igual que hace un año, yo sé que jamás nada volverá a ser lo mismo. Siento que necesitaré de un largo tiempo para adaptarme a lo que esta pasando, a ratos me siento tan cansada que se me hace un infierno levantarme para venir a trabajar y la sensación de inestabilidad consume más energía de lo que me permite mi propio cuerpo procesar.

Aún sigo en medio del río, más cerca de una vereda que de la otra, a veces parece que simplemente el cause me lleva, otros días tengo ganas de llegar de una buena vez a la orilla, y otros días siento que la corriente me devuelve a donde estaba hasta hace unas semanas atrás. Quizás un día de estos despierte, y ya no sienta que estoy en pausa, detenida por la sospecha de que aún no es tiempo para que avance con plena libertad.

1 comentario:

Kathy_C dijo...

Todo va a estar bien!

=D