jueves, abril 06, 2006

Dígame Maestra…


-Siempre he creído que la felicidad hay que beberla en vaso pequeño y a sorbos lentos…-

Cuando me lancé al abismo, no imaginé cuan gratificante resultaría la primera parte de la “caída”. Volver a hacer clases como Profesora titular de una cátedra en la universidad, ha generado en mí una suerte de felicidad que es difícil de explicar. ¿Quién lo diría no?. Después de todo...las cosas están cambiado.

Gracias especiales a los barristas de esta etapa: Ricardo, Loreto, Johnny.

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