miércoles, enero 11, 2006

Una segunda luna de miel

Hace poco más de una semana, me llamaron nuevamente para trabajar en Ch. Esta vez había un avance, me trasladaron a la jornada de la mañana y como personal administrativo. Mi primera sensación fue de felicidad al saber que partiría el primer día hábil del año con trabajo.

Y ahí estuve puntualmente el 02 de enero a las 8:30 de la mañana esperando a quien sería mi jefe. Al describirme las tareas a realizar, tuve uno de mis explosiones de llanto interno. Es una cosa loca sentir que vas a ponerte a llorar a mares, pero que eso no pasa, y el llanto se queda pegadito al cuerpo y no quiere salir. Pero me anime igual y empecé a ordenar comprobantes bancarios y ha subrayar con un plumón las cuentas que no se pagan por falta de fondos o porque el PAC esta pasado. No me asignaron ni siquiera escritorio, y me pusieron una silla en el extremo del escritorio de otra chica que es algo así como mi superior en esa oficina.

Pero ocurrió un hecho de lo más insólito, por una extraña razón me adoptaron como una especie de “Alumna en Practica”, y me invitaron a almorzar, me cuasi celebraron el cumpleaños, me llenaron de lápices y regalitos de la empresa, y no hay nadie que no se esmere en responder todas y cada una de mis preguntas. Me enseñaron a usar algunos de los sistemas y al tercer día hasta responder algunos reclamos.

Es como una segunda luna de miel, ya que no recuerdo haber sido tan feliz desde que hice mi práctica profesional hace unos 6 años atrás. Tiempo en que casi todo giraba en aprender mucho de todo y de todos. Mi Jefe pasa largo rato explicándome el funcionamiento del área, como se hacen los trabajos, que cosas puedo hacer, y esta buscando alguna vacante para mí, hasta que logre encontrar una pega en mi área.

Había olvidado lo agradable que es aprender cosas nuevas y distintas, lo sencillo que puede ser recibir órdenes, aprender a usar la fotocopiadora, a ocupar un pillisco de escritorio, a pedir permiso para usar el teléfono y a decirle Don y Doña a todo el que pasa a mi lado.

Este viernes termina mi segunda luna de miel, y me dan ganas de prolongar infinitamente en el tiempo estas sensaciones y estos laberintos, que de pronto se me antojan gentiles, dulces e infinitamente placenteros.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso leerte y tener la sensación que tu suave voz es la que relata tu historia. Es curioso pensar en como tus ojos dirigian los compases de tus dialogos, donde cada acto los indicaba una leve sonrisa con un brillo en tu mirada.
Puede percibir que ese brillo ha retornado y aunque es posible que ya no lo vea,nunca es demasiado tarde para volverte a recordar.

Kathy_C dijo...

Meh!

¿y éste?


>=(

J. dijo...

Ve tú a saber quien es...
Ni las sospechas me acompañan por éstos días... jo jo jo!