viernes, febrero 05, 2010

Duelo y Felicidad

DUELO

Sobre la testera esta Acuña, bajo la testera y en una diminuta silla yo.
Él dice: Hábleme del duelo.
Una imagen de dos hombres enfrentados con un par de pistolas cruzó mi mente, pero mi boca dijo otra cosa: ¿Usted se refiere a lo que pasa luego de que una persona fallece?

Frente a frente estamos Silva y yo, nos separa un escritorio.
Le pregunto: ¿Qué piensa?
Él responde: En el duelo.
En detenerse, en llorar cuando aparece un calcetín olvidado, en cuando pones la mesa y luego ya de puesta te das cuenta que no llegará a comer, en el cepillo de dientes olvidado y que miras como sus cerdas se vuelven amarillas por el paso del tiempo y la falta de uso. Dejar que la ausencia te invada por completo. ¿Qué es el duelo entonces?, ¿Dejar que los recuerdos mueran?, ¿Aceptar la partida?. Es llenar la cama de cabeceras al costado de la cama que él usaba, encontrar sus papeles revueltos por los cajones y pensar; ¿En qué estarás ahora?.

Silva, -le increpo yo- ¿Cómo haces el duelo en la memoria?, ¿Cómo haces el duelo de la ilusión y de los sueños?. Si no hay calcetines, ni papeles, ni cepillos de dientes que juntar en una bolsa para poner en la basura…

La desesperanza… sólo la desesperanza es la que mata y deja avanzar, deja que la desesperanza se apropie de todo, te embargue por completo y ya luego podrás seguir caminando, porque sabrás que ha muerto, y ya nada lo podrá resucitar.

FELICIDAD

¿Acaso no es la felicidad un puñado de burbujas de jabón de vainilla atrapadas en tus manos?. Burbujas que desaparecen bajo un chorro de agua en unos minutos, pero que puedes volver a tener si pones un poco más de jabón a las manos.

O quizás sea un puñado de migas de galletas en el regazo y otras tantas sobre el pecho… Y sonreír al ver que aún quedan galletas en el tarro, que puedes comer lentamente mirando por la ventana.

La flor que luego de años sobresale rauda por entre la tierra y te sorprende por lo inusitado de su aparición.

Un viaje en tren sin destino elegido. Sólo comprar el pasaje y dejar que la vista se pierda entre el paisaje, dormitar a ratos y no saber donde bajaras.

Meter los pies en el agua fría, un pan tostado con mermelada de damasco, Lograr calzar una pieza sobre el rompecabezas que descansa sobre la mesa.

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