martes, septiembre 15, 2009

Diálogos

I
Transantiago


Una vibración, un tronar de dedos y abro los ojos, miro el celular… nuevamente son las 02:20 de la madrugada.

Chofer del transantiago: Guiña un ojo
Pasajera transantiago (yo): Sonrío

Chofer del transantiago: Que buena moza esta el día de hoy
Pasajera transantiago (yo): Gracias

Chofer del transantiago: Debiéramos pololear
Pasajera transantiago (yo): ¡Ya poh! ¿En qué topamos?

Chofer del transantiago: Mudo con cara de: ¿Me estai webiando?
Pasajera transantiago (yo): Con cara de: ¿De qué te quejai si voh empezaste?

De pronto un anciano tras de mí lanza: Preocúpate de manejar y deja tranquila a la Señorita, y dándome un empujoncito avanzo, marco mi tarjeta y cruzo el torniquete.


II
Taxi

Taxista: Buenas Tardes
Pasajera (yo): Buenas Tardes

Taxista: ¿A dónde?
Pasajera (yo): Siga derecho no más, porque voy tantito más allá.

Taxista: Mira con sospecha por el espejo retrovisor y me pregunta si llevo sencillo.
Pasajera (yo): Es que hoy uso zapatos que sólo son para estar sentada.

Taxista: ¿Cómo?
Pasajera (yo):Eso mismo, es que el 90% de los zapatos que uso son sólo para estar sentada, no para caminar.

Taxista: ¿Y cómo lo hace cuando quiere ir a algún lado?
Pasajera (yo): Tomo un taxi como ahora o camino

Taxista: ¿Y si tiene que caminar mucho?
Pasajera (yo): Uso zapatillas.

Taxista: ¿Y qué hace con los zapatos?
Pasajera (yo): Los llevo en una bolsa y al llegar al lugar que voy me los cambio.

Taxista: ¿Y en que trabaja?
Pasajera (yo): En una oficina


Taxista: Pasajera (yo): ¿Y entonces cuándo usa las zapatillas?
Pasajera (yo): En el trayecto de ida y vuelta a mi trabajo

Taxista: Ahhh… Pero ahora usted está con botas….
Pasajera (yo): En la esquina por favor.

Taxista: Se voltea, me mira fijamente y dice: Igual sería rico verla sacarse y ponerse las botas…


III

Habla de unas súper bacterias traga-traga y ¡zas! Aparece el recuerdo del “Molécula”. Él había obtenido su doctorado en genética molecular, por encontrarle un nueva molécula al choclo (maíz) y lo tenían empleado en la UC buscándole una molécula al choro. Aún guardo en un cuaderno los monitos que hacía para explicarme sus experimentos. También pensé en las chinitas en el espacio y obviamente en Mendel y sus arvejas, siempre pienso en Mendel. Nunca tuvimos algún intercambio proteico el Molécula y yo.

Santo Domingo. Las casas con fastuosos antejardines…las playas vacías, me bañaba con un pantalón corto rojo y una polera en la última imagen que tengo de aquel lugar. Nunca había nadie y era tan, tan pero tan divertido.

No me pereció vejatoria la intensidad de su morbo, basar la interacción en el deseo primario que finalmente nos convocaba. ¿Puede una juzgar aquellos instintos primitivos del hombre?,
¿Se puede ser tan arrogante e inseguro a la vez? . Si es un negocio, no importa mucho que no funcione, es parte de los riesgos.. y sin darme ni cuenta lo dejo ponerme contra la pared y me confieso. Y mientras lo hacía concentraba mi atención en sus manos, pensaba que remaba, también traté de dilucidar el misterio del color de los ojos, y agrupaba los detalles que de si mismo dejaba ver cuando se descuidaba.

Y me fui pensando en la física, las leyes de atracción y tensión, en la externalización o introspección… y en si era más yo…o menos yo, y a medida que avancé me tranquilice al pensar que ahora la pelota está dando botes en su área y el verá que hace con ella.

No hay comentarios.: