martes, mayo 22, 2007

Otoño




Sí, hay que olvidar:
Olvidar al hombre, al niño, la mujer, la historia, el duelo, la nostalgia, el perpetuo “etc.”.
Olvidar porque es preciso olvidar para avanzar.
Olvidar la frase: Sí, hasta que la muerte nos separe.
Olvidar al del piso de arriba -sector poniente- y de paso al del -sector oriente- .
Olvidar a quien le escribí y envié una carta por correo sin incluir sus apellidos ni la dirección.

-Olvidar de paso que estás olvidando-

Aprovechando el otoño…
Con cada hoja barrida: Un pensamiento para olvidar.
Y entonces aparece una hoja de otoño remolona que se pega en mi pelo, un poco de savia de hojas de bambú que se escurre y pega en mis manos. ¿Esos serán los recuerdos que se niegan a desaparecer?.

-Hojas de damasco que adornan el olvido -.
Hoja tras hoja. Hojas que se juntan y si miras con cuidado dan forma a un instante de la vida que es preciso olvidar, abandonar, embolsar y tirar lejos de casa.
Hojas que despego de mi zapato, hojas perdidas en medio de un puñado de barro.
-Pensamientos (Recuerdos) algo soldados al espíritu-.
Y me abandono a la frenética idea de recoger los recuerdos-hoja y embolsarlos rápido para que entre lunes y viernes una mano distinta a la mía tome aquella bolsa, y se lleve un puñado de recuerdos y deje espacio para que yo pueda seguir olvidando. Un olvido más aliviado porque de tanto olvidar ya he olvidado cuando –he olvidado-.

Olvidar…
Olvidar la mujer que nunca estrechó con sus lustrosas manos tus mejillas. Mujer que de tanto debatir si amar u odiar decides que es mejor sólo olvidar.
Olvidar al niño que quizás logre partir mi corazón finalmente en dos…
Olvidar que si él ríe hace brotar el agua suavecito, como garúa de manguera en pleno verano, agua suave con olor a cedrón delgadita y refrescante.

Olvidar ¿Qué?… ya no lo recuerdo, sólo sé que es necesario seguir olvidando.

Es preciso buscar más bolsas en las cuales dejar caer las hojas del almendro, algunas del laurel en flor. ¿Y lo que queda para siempre en la memoria?, ¿Será acaso como el naranjo? -El naranjo que siempre luce vestido de verde-, o quizás como los cardenales que no dejan de florecer. Las dalias ya se apagan, los narcisos que se encienden…

Hay recuerdos que vuelan y vuelan raudos sobre mi cabeza posados sobre una hoja. Recuerdos-hoja que burlescos se posan sobre mis ojos, otros que se pegan a mi chaleco y los vuelvo a recuperar en cuanto me la quito en la habitación y al ver aquel recuerdo-hoja sobre la lana sólo puedo exclamar: ¡Yo pensé que te había olvidado!.

Y aquellos recuerdos-hoja que mi mano acuciosa no pudo atrapar, le ruego al viento los lleve lejos, antes que la tierra y mis pensamientos lo vuelvan a atrapar.

4 comentarios:

Juan Pablo Belair dijo...

...revisando comentarios antiguos en mi blog me encontré contigo... sigues escribiendo y vaya que bellas imágenes hay, colores, letras y mucho de ti... que quizás es lo mismo. Cariños.

J. dijo...

Jp!

Qué gusto leerte por acá!. Yo te visito de vez en cuando, pero no te he comentado nada.

Un abrazo!

J. dijo...

Hoy...una fría mañana... me he topado con un nuevo fantasma...

Un fantasma…

Una sombra que enmudece y palidece hasta el más mínimo brote de felicidad.
Y entiendo que sus hojas-recuerdos que por descuido quedaron pegados en la chaqueta o quizás en un chaleco (De esos de mangas largas y gastadas de tanto estirar para cubrir los dedos), haya finalmente logrado infiltrarse en tú memoria.

Un fantasma, un recuerdo que de improviso golpea su cara y la vuelve lejana y silenciosa.
Y un dejo de tristeza me aprisiona al sentir su pensamiento lleno de discordia porque el anhelo sigue en sus huesos, en medio de la carne y porque no, hasta en el aire que respira.

Tus recuerdos que de tanto tratar de NO-olvidarlos hacen palidecer tú mirada. Y mientras te sumerges en la imagen del fantasma yo te agrego a mí lista de recuerdos-hoja que es preciso embolsar y tirar a la basura.

Tapio dijo...

mmm.. sentimientos gemelos, historias distintas.

muy lindo tu post, me dejo con una nostalgia que me encanta.

besos
T.