viernes, septiembre 09, 2011

Zurcidor de Voluntades

El agua tibia recorría mi cuerpo, el calor y el vapor lo envolvían todo, la mente en blanco, perdida en el vació y el relajo del abrazo del agua, hasta que escuche una voz que susurraba: Échale la culpa a dios….El cuerpo respondió de inmediato contrayendo los músculos del cuello y de la espalda, y pensé; Como si dios tuviese algo que ver en todo esto.

Cerré el agua, descorrí la cortina de la ducha, y puse mis pies sobre una toalla. Limpie el vapor acumulado en el espejo y mire el reflejo vaporizado de mi silueta. Parecía un espectro, un recuerdo o parte de un sueño. Gotas de agua descendían de la cabeza y se dedicaban a recorrerme. No me moví, sólo mantenía fija la mirada en el espejo y contemplaba el vapor dentro del baño.

De improviso detrás del hombro derecho apareció el griego. Lentamente se llevó la mano a la boca, y con el dedo índice pegado a los labios indicó silencio. Luego se acerco hasta pegar su boca a mi oreja y dijo: Cúlpalo a él, nadie objetara ni defenderá nada. Sólo di: Fue dios quien lo ordenó. Una mueca, un gesto de sarcástica risa se asomo en mi cara y volví a repetirle: ¿Qué tiene que ver dios en todo esto?.

-Nada- replicó él.
Ya sé que él nada tiene que ver en todo esto, pero no lo pondrán en duda si lo culpas a él, y eso es lo importante.

Lo importante… eso es lo importante repetí tras de él. Cerré los ojos, y al abrirlos nuevamente, él ya había partido.

Salí del baño con el cuerpo húmedo, descalza y pensando en sus palabras. Me senté al borde de la cama. No era difícil hacerlo, sólo bastaba juntar las palabras adecuadas, darle forma al argumento y largarlo. Dios jamás vendría a defenderse, dejaría que mintiera, y probablemente volvería a perdonarme si se lo pedía. Una fosa enorme se abrió entonces en mi vientre, y un fuego intenso comenzó arder hasta la altura de mis sienes… sabía que él me perdonaría si lo culpaba, pero yo esta vez no podría hacerlo. La fosa de calor y dolor se expandió rápidamente por todo mi cuerpo, no quise pedir clemencia, ni invocaría su nombre para calmar el dolor, sólo quería que regresara porque él quería hacerlo…

El dolor propagado por mi cuerpo me llevó a caer de rodillas al suelo. Y otra vez, pero ahora frente a mí aparece el griego. Imponente, con ambas alas extendidas sonríe. Gira su cabeza e imita la imagen de Cristo, se burla y dice: Ilusa!!!, torpe!!!, Dios jamás vendrá a ti si no lo pides!!!, arrodíllate ante su imagen y súplica, o bien levántate de una vez y miente, cúlpalo.

Hércules engañando a Atlas para que vuelva a posar sobre sus hombros el peso del mundo y de ese modo él pueda llevarse las manzanas robadas a las hespérides

jueves, septiembre 01, 2011

¿Vamos todos?

Sí, ahora vamos todos a la universidad.
Nos llenamos de Abogados, Periodistas, Ingenieros en Informática y un par de carreras más que el mercado no es capaz de soportar. Nadie quiere ser técnico, ya nadie quiere ser dueño de un CFT, ¿Para qué?, si puedo ser dueño de una universidad.

Basta tener 450 puntos, un crédito aprobado para el cual tampoco nadie te pide mayores requisitos y ya estás listo para ser un universitario de tomo y lomo. Si además no tienes tiempo para asistir a clases, ¡¡¡no importa!!!!, puedes tener tus clases por internet, responder pruebas en línea.

De improviso todos quieren invertir en Universidades, obtener las acreditaciones no parece en absoluto un obstáculo, tampoco parece necesitas cumplir demasiados requisitos, no necesitas tener un “Campus”, puedes buscar una vieja casona, tener una minúscula biblioteca, unos cuantos computadores con internet, y no te exigen grandes inversiones académicas, ni de investigación.

¿Para qué ser Técnico si puedes ser Profesional?. Da lo mismo si eres “penquita”, tienes el título y eso basta.

Durante años invertir en educación era lejos una mala inversión, puesto que es una inversión de largo plazo. Los resultados efectivos se ven luego de unas décadas, nunca de inmediato. Es por lo tanto, nos guste uno, una discusión de mercado y economía. No íbamos a ver hasta qué punto el modelo educativo estaba en crisis hasta después de un tiempo relativamente largo, como sucede actualmente.

Estamos llenos de ingenuos. Ingenuos que luego de ver programas del cable como CSI , de pronto quieren transformarse en peritos criminales, y ya luego de 3 o 4 años estudiando, resulta que se dan cuenta que no existe posibilidad de ejercicio de la profesión. ¿De quién es la culpa?, ¿No es acaso la educación también un tema de mercado?.

Hoy nos guste o no, casi cualquiera entra a la universidad, no necesitas ser una lumbrera, sólo necesitas de un crédito, encalillarte hasta que tengas nietos, ya que siempre hay bancos e instancias financieras dispuestas a darte lo que quieres… puedas o no puedas pagarlo.

Creo –modestamente- que el tema de mercado si debe estar dentro de la discusión estudiantil, existe un exceso de oferta que es necesario regular, la competencia entre planteles educativos debe regularse, quien dicta o no dicta determinadas carreras y quien accede a ellas también debe ser regulado. El fomento a la educación técnica debe ser revisado, además del acceso a los créditos universitarios.

Aún así se discute otra vez la inmediatez, lo que salta en primera plana y lo que están dispuestos a destacar los oportunistas de siempre. No se trata tan solo de darle las lucas que quieren los universitarios, se trata de invertir en colegios de educación básica y media, en solucionar los problemas de los profesores, y en el hecho no menos cierto que también “cualquiera es profesor” porque dicho sea de paso, también es fácil obtener el título.

Los que estudiamos –como yo- en colegios y liceos con número y nombre de héroe naval, somos ciertamente quien menos opciones tenemos de llegar a la universidad, -seas o no una lumbrera-, y eso también debe regularse. Porque yo podría encalillarme en una universidad de casona en vez de una que tenga campus, y terminaré siendo una más de los profesionales “ilustrados” sin pega o empleada en tareas menores, a diferencia de aquellos que estudian en colegios de renombre, que nunca serán lumbreras, pero que sus papas si pueden pagar una universidad con campus. Ellos definitivamente no son parte del grueso de ilustrados cesantes o subempleados, porque pueden trabajar en la empresa de su papá o de un amigo del papá sean o no profesionales “juleritos”. O bien como estudian en una universidad que cuenta con los medios de proporcionarle una educación relativamente decente pueden encontrar pega en un mejor lugar.

En fin… la economía y el mercado no son malos, sólo dan susto, así que nadie debiera tener miedo de meter estos temas en la discusión sobre la educación