viernes, junio 24, 2011

Daños...

Alguien me dijo que en el trabajo debían pagarme una indemnización por daños emocionales...

Y así no más es, debierán indemnizarme .

viernes, junio 17, 2011

Ícaro

Ícaro!!!
Ícaro!!!
Ícaro!!!

miércoles, junio 01, 2011

Estudio de Campo: Mendiga

Partí por identificar la esquina en la que me ubicaría. La tarea no fue sencilla, las peleas por territorio entre mendigos, son tanto o más fuertes que las de los vendedores ambulantes.

En el recorrido hubo una Sra., que llamó particularmente mi atención; era una especie de mendiga elegante, lleva sus uñas pintadas, un bonito sombrero, zapatos de taco. Todo está muy desgastado y viejo, pero se puede percibir cierto nivel de esmero y cuidado en su atuendo. Lo que más sorpresa me causo, fue un día en que la sorprendí tiñéndose el cabello. La vi llegar con una tintura de pelo, y luego de acomodarse en su esquina, abrió el producto y comenzó a aplicarlo... ante mi duda de cómo se enjuagaría el pelo, quedo inmediatamente aclarada al ver que cruzando la calle había una pileta de agua, en la cual obviamente pensé se lavaría luego la cabeza. De todos los mendigos que conocí ella fue lejos mi favorita. El segundo en el ítem de favoritismo es un Sr., que se ubica en la esquina de Santa María al llegar al puente Fray Andresito. El año pasado en medio de los terribles fríos lo vi sacando las tablas de una banca para calentarse, lo acompañan siempre un par de perros y tiene un amigo con el cual comparte su improvisada vivienda. Sé que el municipio ha intentado varias veces sacarlo de ahí, pero vuelve una y otra vez al mismo lugar. Uno puede ver como cuelga una serie de cosas en la baranda del puente, cosas que siempre me pregunto para que las guardará; luces de árbol de navidad, cinturones, bolsas y más bolsas con contenidos casi imposibles de adivinar, y por cierto, su infaltable tarro sobre la rumba de cenizas. Con el Sr., del puente he cruzado palabras, con la Sra., elegante ninguna, sólo he pasado largo tiempo observándola.

Luego de definir la esquina en la que me ubicaría, venía el problema de como subsanar lo del cambio de ropa y la caracterización del personaje. Conseguí con una amiga de una amiga que tiene una tienda cercana, me permitiese realizar lo que mi amiga definió como: Estudio Social, lamentablemente tuve que esta vez contar con ayuda adicional para realizar el experimento, en fin, mi amiga nunca pregunta mayormente nada, y asume estás cosas como parte de mi naturaleza.

El día elegido pedí permiso en la pega, y lleve mis artilugios: Ropa que uso para jardinear, desgastada, llena de tierra. En la peluquería me conseguí una peluca vieja, con unos tantos colores aplicados, lo que le daba un toque superior a mi atuendo. El tema de “ensuciarme” y que no pareciera ficticio, fue algo complejo, así que esa parte no me dio tanto resultado. Tampoco fue fácil definir si me pondría un letrero, pediría por ayuda, o tocaría algún instrumento musical, como no pude definir la idea, simplemente opte por guardar silencio y estirar la mano a ver qué pasaba.

Me instalé temprano, mucho antes que el bullicio rodeara por completo las calles, puse algunos sacos en el suelo, una manta vieja, unas bolsas de supermercado llenas de lanas, y el toque final, lo dio un perro vagabundo que sin más fue y se instalo a mi lado para capear el frio matutino.

El pelo sobre la cara no me permitía ver todo lo bien que hubiese querido, pero me imaginaba la cara de algún conocido que me sorprendiera en mis experimentos esa idea me causaba más risa que pudor. Pretendía inicialmente estar todo el día, pero ya luego de un par de horas sentada en la acera de una calle, con las nalgas adoloridas, cagada de frio, y aburrida, suspendí el experimento pasada la hora de almuerzo.

No me sorprendió la indiferencia de los peatones, mal que mal nos hemos acostumbrado a caminar cada uno presos de nuestras propias preocupaciones, y mal que mal, yo era sólo una mendiga entre tantas otras que pululan por la calle a diario. Me sorprendió un estudiante que a pito de nada me dio una barra de cereal, una señora mayor me dio $200 pero agrego:”no se los gaste en alcohol y coma algo”, además de ese aporte recibí cerca de $2000 en monedas entre los transeúntes que pasaban y depositaban en mi mano alguna que otra moneda.

A las 15:00 di por cerrado el estudio.